Los sistemas de FM, aunque originalmente se desarrollaron como un medio de comunicación para niños con problemas de audición, han demostrado su eficacia para muchas otras afecciones: dificultades de aprendizaje, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, disfasia del desarrollo y autismo. El uso de sistemas de FM en el trabajo grupal e individual contribuye al desarrollo de las habilidades del habla y el lenguaje / uno de los déficits esenciales entre los niños del espectro autista, así como a la concentración de la atención y la mejora del compromiso con el proceso de estudio. Los sistemas FM mejoran la voz del terapeuta / tutor en oposición al nivel general de ruido de fondo y le entregan la información deseada al niño en su estado original, sin verse afectada por las distracciones circundantes. Con la ayuda del sistema, los niños prestan más atención, permanecen más tranquilos y aprenden más.
Para algunos niños del espectro del autismo, el procesamiento de la información, principalmente visual y auditiva, se ve inhibido. La completa integración de los estímulos visual y auditivamente percibidos y la extracción de la esencia no se realiza adecuadamente / o se difiere / y como resultado se deteriora la comprensión de la información entregada. Además, entre los niños autistas a menudo se observa disfunción de integración sensorial, que además obstaculiza las habilidades para comprender y trabajar en el aula ruidosa típica.